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Cuando él le devolvió la plata a su madre, ella tomó doscientas monedas de plata[a] y se las dio a un platero, quien hizo con ellas una imagen tallada y un ídolo de fundición, que fueron puestos en la casa de Micaías.

Este Micaías tenía un santuario. Hizo un efod y algunos ídolos domésticos, y consagró a uno de sus hijos como sacerdote. En aquella época no había rey en Israel; cada uno hacía lo que le parecía mejor.

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Footnotes

  1. 17:4 doscientas monedas de plata. Lit. doscientos [siclos] de plata.